- Mantén una distancia segura: Siempre deja una distancia suficiente entre tu vehículo y el que va delante. Esto te permitirá reaccionar a tiempo ante cualquier imprevisto.
- Respeta los límites de velocidad: Adáptate a las condiciones de la vía y respeta los límites de velocidad establecidos. Recuerda que la velocidad excesiva es una de las principales causas de accidentes.
- Utiliza el cinturón de seguridad: El cinturón de seguridad es tu mejor aliado en caso de accidente. Úsalo siempre, tanto el conductor como los pasajeros.
- Evita distracciones: Conducir requiere toda tu atención. Evita utilizar el teléfono móvil, comer, maquillarte o leer mientras estás al volante.
- Realiza mantenimientos preventivos: Asegúrate de que tu vehículo esté en óptimas condiciones. Revisa los neumáticos, los frenos, las luces y los niveles de líquidos regularmente.
- Sé precavido en condiciones climáticas adversas: Adapta tu velocidad y forma de conducir a las condiciones climáticas. En días de lluvia, niebla o nieve, aumenta la distancia de seguridad y enciende las luces.
- Conduciendo de noche: Reduce la velocidad, utiliza las luces bajas y evita deslumbrar a otros conductores.
- Maneja a la defensiva: Anticipa las acciones de los demás conductores y peatones. Mantén una actitud alerta y prudente.
- No conduzcas bajo los efectos del alcohol o drogas: El alcohol y las drogas afectan tus reflejos y capacidad de juicio, lo que aumenta considerablemente el riesgo de sufrir un accidente.
- Descansa lo suficiente: La fatiga es un factor de riesgo importante. Si te sientes cansado, detente a descansar en un lugar seguro.
Recuerda: La conducción es una responsabilidad. Conduce con cuidado y disfruta del camino.